Lo que todo el mundo debería saber sobre los factores de riesgo cardiovascular

Un factor de riesgo cardiovascular es una característica biológica o un hábito/ estilo de vida que aumenta la probabilidad de padecer o de morir a causa de una enfermedad cardiovascular en aquellos individuos que lo presentan.

Al tratarse de una probabilidad, la ausencia de los factores de riesgo no excluye la posibilidad de desarrollar una enfermedad cardiovascular en el futuro, y la presencia de ellos tampoco implica necesariamente su aparición, sin embargo los estudios demuestran que si se presentan varios de los factores de riesgo en el individuo las probabilidades son bastante altas.

Los principales factores de riesgo pueden ser no modificables (edad, sexo, factores genéticos/historia familiar) o modificables, precisamente los de mayor interés, ya que en ellos se puede actuar de forma preventiva:

Colesterol

El colesterol es un lípido necesario del organismo, tiene como función elaborar las hormonas. El consumo de ciertos alimentos como carnes, lácteos y la mayoría de productos de origen animal que consumimos, pueden elevar los niveles de colesterol en sangre. Gran parte del aumento de este lípido, se debe al consumo de grasas saturadas y de comidas procesadas. Lo que ocasiona problemas de salud, sobre todo cardíacos y en las arterias; además de problemas de sobrepeso.

El exceso de colesterol perjudicial se puede prevenir con una alimentación sana, equilibrada y sin altos niveles de grasa.

Diabetes Mellitus

La diabetes mellitus es una enfermedad que se produce cuando el páncreas no puede fabricar insulina suficiente o cuando ésta no logra actuar en el organismo porque las células no responden a su estímulo. Tanto si la producción de insulina es insuficiente como si existe una resistencia a su acción, la glucosa se acumula en la sangre (lo que se denomina hiperglucemia), daña progresivamente los vasos sanguíneos (arterias y venas) y acelera el proceso de arteriosclerosis aumentando el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular: angina, infarto agudo de miocardio (así como sus complicaciones y la mortalidad posterior al infarto) y la muerte cardiaca súbita.

Si la diabetes es de tipo I no es posible prevenirla ni modificarla, sin embargo, si es de Tipo II, es posible modificarla con el seguimiento de una alimentación ajustada y unos hábitos saludables.

Estrés y Ansiedad

Cuando nos sometemos al estrés o a la ansiedad el cuerpo produce una hormona llamada cortisol y adrenalina, esta sustancia se encarga de hacer que los niveles de glucosa en sangre suban mucho con la finalidad de proveer de energía extra al organismo ante una situación de peligro. Cuando aumenta la adrenalina, bombea más sangre, pero si esta situación se mantiene en el tiempo tu corazón puede acabar debilitándose. Además, la tensión arterial también se dispara.

El estrés y la ansiedad son factores que pueden ser mejorados por el paciente haciendo ejercicios de respiración, realizando deporte, participando en actividades que contribuyen a la relajación como Pilates y Yoga, evitando la cafeína y el alcohol y creando el hábito de una alimentación sana y sin excesos.

Sedentarismo

La inactividad física o falta de ejercicio se considera uno de los mayores factores de riesgo en el desarrollo de la enfermedad cardiaca e incluso se ha establecido una relación directa entre el estilo de vida sedentario y la mortalidad cardiovascular. Una persona sedentaria tiene más riesgo de sufrir arterioresclerosis, hipertensión y enfermedades respiratorias.

Es recomendable caminar al menos 20 minutos diariamente a un paso ligero, esto ayudará a activar la circulación y mejorar los problemas causados por el sedentarismo.

Hipertensión

La hipertensión se da cuando hay una elevación de los niveles de presión arterial de forma continua o sostenida. El corazón ejerce presión sobre las arterias para que éstas conduzcan la sangre hacia los diferentes órganos del cuerpo humano. Esta acción es lo que se conoce como presión arterial. La presión máxima se obtiene en cada contracción del corazón y la mínima, con cada relajación. La hipertensión supone una mayor resistencia para el corazón, que responde aumentando su masa muscular (hipertrofia ventricular izquierda) para hacer frente a ese sobreesfuerzo. Este incremento de la masa muscular acaba siendo perjudicial porque no viene acompañado de un aumento equivalente del riego sanguíneo y puede producir insuficiencia coronaria y angina de pecho. Además, el músculo cardiaco se vuelve más irritable y se producen más arritmias.

Para evitar la hipertensión se debe llevar una dieta con menos sal saludable para el corazón, realizar actividad física regular, mantener un peso saludable o perder peso si tienes sobrepeso u obesidad y limitar la cantidad de alcohol que se consume.

Mala alimentación

Una alimentación sana ayuda a evitar enfermedades crónicas, y le provee los nutrientes y las vitaminas que hacen que se goce de buena salud. Lo ideal es llevar una alimentación equilibrada con frutas, verduras y vegetales, proteínas, carbohidratos  y legumbres. Siempre evitando los alimentos procesados y las grasas saturadas y elevadas cantidades de sal y azúcares.

Obesidad

La obesidad consiste en un aumento de composición de grasa corporal. Este aumento se convierte en un incremento del peso y aunque no todo incremento del peso corporal es debido a un aumento del tejido adiposo, en la práctica médica el concepto de obesidad está relacionado con el peso corporal.

La obesidad es un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluidas la enfermedad coronaria, la insuficiencia cardiaca, la fibrilación auricular, las arritmias ventriculares y la muerte súbita. También se la considera factor causal de hipertensión, diabetes mellitus tipo 2, enfermedad articular degenerativa, apnea obstructiva del sueño, dislipemia, reflujo gastroesofágico, hígado graso no asociado a alcoholismo y muchas formas de cáncer. Se puede prevenir controlando la alimentación y creando el hábito de ejercicio físico desde la niñez.

Tabaco o tabaquismo

Los fumadores tienen tres veces más riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular que el resto de la población. La posibilidad de padecer una enfermedad de corazón es proporcional a la cantidad de cigarrillos fumados al día y al número de años en los que se mantiene este hábito nocivo.

La Nicotina produce la liberación de las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) que producen daño en la pared interna de las arterias (endotelio), aumenta el tono coronario con espasmo, produce alteraciones de la coagulación, incrementa los niveles de LDL (colesterol malo) y reduce los de HDL (colesterol bueno). Y el monóxido de carbono. Disminuye el aporte de oxígeno al miocardio y aumenta el colesterol y la agregabilidad plaquetaria (su capacidad de unirse y formar coágulos). Es conveniente informar a la sociedad y a las generaciones más nuevas sobre los efectos perjudiciales del tabaco.